Dueño de Automotora Varona en Aysén: “Ya hemos vuelto a contratar a la mitad de los que se fueron”
La familia detrás del grupo de empresas Varona apuesta a repotenciar el hotel que abrieron en Coyhaique poco antes del inicio de la pandemia, mientras sigue a la vanguardia del negocio automotriz en la Región de Aysén.
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Juan Carlos creció en Chillán pero ya se siente parte de Coyhaique tras 20 años instalado en esa ciudad. El traslado empezó cuando en los noventa un tío materno -Antonio Varona, un español sin descendencia- le heredó a él y sus hermanos una serie de propiedades en la zona, campos y locales comerciales. Partió primero su hermano y luego le siguieron el resto. En 2001, Juan Carlos se instaló definitivamente y armaron bajo el nombre de Varona, muy conocido en la zona, una serie de empresas.
Así nacieron Automotriz Varona y Ganadera Varona, entre otras. El primer negocio lo compraron a una concesionaria existente y empezaron a sumar marcas y locales varios que van desde la venta hasta la reparación e incluso renta a car. La extensión de la Zona Franca –que fue uno de las concesiones ante los conflictos de 2012- les dio un tremendo impulso. Había competencia de otros que se quisieron sumar a este boom -que en promedio supone que los autos se pueden comprar en la región con un descuento entre 12% y 15% efectivo- pero Juan Carlos explica que ellos montaron un equipo con mucha gestión en Puerto Chacabuco y Punta Arenas. Llegaron a tener el 80% de sus ventas en esa modalidad.
-¿Los retiros del 10% fueron un impulso así de fuerte?
“Sí, el año pasado fue explosivo en algunos meses. En marzo, abril, mayo y hasta junio fue muy muy malo, no sabíamos qué hacer. Pero agosto, tras el retiro, fue el mejor mes de toda nuestra historia”.
Los 10% fueron impulsos, pero no tan altos. Cuenta que hay quiebres de stock y que podrían “estar vendiendo mucho más si tuviéramos más vehículos disponibles”.
-Se ha planteado en varias instancias que se arme una zona franca especialmente para la zona e, incluso, hay ya un preproyecto técnico de factibilidad circulando. ¿Cómo lo ven ustedes?
“Sí, eso nació del estallido social local que hubo el año 2012, pero la verdad es que no sé si nos beneficiará, ya que habría que construir infraestructura nueva y otros costos. El sistema ampliado funciona bien por ahora, aunque tenemos algunas limitaciones, especialmente en la exhibición de los autos y los plazos asociados a eso”.
La aventura del hotel
En 2016 se incendió el segundo piso de una propiedad en pleno centro de Coyhaique y los Martínez Varona se lanzaron a la construcción en los años siguientes de un edificio que tuviera un primer piso de locales comerciales y en el segundo y tercer piso de hoteles. Son 22 departamentos con una capacidad para 90 personas. Abrieron a fines de 2019 y tuvieron un enero y febrero en rodaje pero con buenos resultados hasta el 18 de marzo. “Cerramos hasta en octubre, no solamente por las cuarentenas en otras partes, sino porque después se sumó la primera cuarentena en Coyhaique. Recién abrimos en diciembre, pero las cuarentenas de Santiago también nos afectan mucho y se anulan las reservas”, señala.
-La región es conocida por algunos de los puntos turísticos más preciados del país -las Catedrales de Mármol, la Laguna San Rafael, entre otros, ¿cómo se ve lo que queda del año y la temporada que viene?
“¡Hay una real esperanza para la próxima temporada! Porque esta fue realmente mala. Nosotros hemos logrado defendernos en materia de turismo en algunas cosas. Lo que hicimos con el rent a car Varona fue arrendar un espacio y trasladarnos al aeropuerto de Balmaceda con nuestros vehículos y personal. Cambiamos la estrategia y nos defendimos con las personas que no querían entrar a la ciudad pero sí pasar 10 días en zonas más alejadas o con las personas que vienen a trabajar a la zona”.
-¿Han sido útiles las diferentes alternativas que el gobierno ha entregado para ayudar a las empresas y el turismo?
“La principal ayuda fundamental fue cuando se crearon los créditos Covid. Eso nos ayudó mucho. Y también se portaron muy bien las marcas automotrices, en el sentido de que como se frenó la venta, nos corrieron los cheques de pagos en las distintas marcas. Las cuotas volvieron a la normalidad, pero ya por suerte las ventas también se empezaron a mejorar. Ahora, también tuvimos un quiebre, hubo que desvincular a varias personas durante mayo, junio y julio. Ya ahí tuvimos nuestro terremoto interno en la empresa, pero en la actualidad ya hemos vuelto a contratar a la mitad de los que se fueron”.
Las fichas apuntan a lo automotriz con fuerza y a salvar la incursión en el hotel, pero la ganadería que estuvo al inicio del proyecto familiar se ha ido disolviendo. La complejidad del rubro, junto al fallecimiento de su cuñado a cargo del área, la han ido dejando en un segundo lugar, por lo que han ido arrendando el campo, si bien no descartan retomarlo más adelante si las condiciones mejoran.